o
¿Evaluamos para juzgar o para enseñar?,
¿evaluamos para que los alumnos quieran seguir aprendiendo o para que aprendan
a pasar los exámenes?
o
El examen se puede convertir en
estrategia de aprendizaje y desarrollo, ya no temida o evitada sino asumida
como un reto a vencer.
o
Hay que recordar que un buen
estudiante no nace, se hace.
“Posiblemente la idea más próxima que refiere esta temática es la
de evaluación, evaluar y ser evaluado. Usualmente esta idea se refiere a ser
evaluada la persona, juzgada o recriminada. La idea más evidente es obtener una
calificación, una nota aprobatoria o reprobatoria”, comenta la Lic. Patricia
Gabriela Montaño, del Instituto de Psicopedagogía, quien entrevistada explica
lo siguiente:
El examen puede ser un
adecuado instrumento de retroalimentación, de oportunidades de mejora, de
aprender del “error”, de reconocer fortalezas y debilidades, de comprometerse
en lo que aun hace falta, tanto para el alumno como para el maestro.